Hacía (mucho) tiempo que no actualizaba, queridos morbilectores:
Me cansé de badoolear, y aunque sigo registrada, apenas me conecto.
Por eso, el ejemplar que os traigo hoy no es de el badoolaque. Y es de los peores hasta ahora conocidos.
Para quienes no me conozcáis, debéis saber que soy una cinéfila y seriéfila compulsiva. Por lo que en Miso, la red social de reseñas de películas y programas, soy muy activa.
Me rondaba un tipo que se dedicaba a comentar mis opiniones y likear mis chequeos. Yo no le daba la más mínima importancia, porque dicha red se presta tan poco al web dating y a la interacción en general, que no tenía pretensiones. Pero el tipo, El Psicópata, sí.
Cuando os hablo de El Psicópata, me refiero a uno de manual. No, no era un asesino o un acosador. Es un ser manipulador, mentiroso, oportunista y utilitario.
La cuestión es que él me envió un mensaje que tardé semanas o meses en leer, porque la aplicación de móvil, que es la que consulto, no tiene esa opción. Quería conocerme y conversar. Accedí.
Las primeras charlas eran las más entretenidas, porque dado que yo no tenía ninguna expectativa, ni lo googleé ni lo psicoanalicé (y debí hacerlo) Pero la conversación se enrrarecía, porque yo comenté tener pareja, y él rehuía abordar dicha cuestión, para mí, FUNDAMENTAL, ya que define las intenciones de tu interlocutor. Finalmente me confesó tener un "es complicado" y se me disparó la segunda alarma (la primera fue el porqué un tipo de otra ciudad quisiera chatear conmigo)
Lo que vino a continuación fue un cúmulo de innecesarias y gratuitas patrañaspor su parte: Decía no tener ninguna intención más allá de ver qué surgía conmigo, lo cual es lo MÁS FALSO que os pueden decir: todo el mundo tiene intenciones siempre y cuando sabe lo que quiere. Él no lo sabía, a sus 29 añazos. Además, resultaba contradictorio, dado que me había buscado y me había abordado él, sin que yo mostrara ningún interés previo, ni recíproco.
Su "algo complicado" era una rocambolesca historia sobre una novia que le había sido infiel con su pareja oficial mientras mantenía ambas relaciones y que tras elegirlo a él, tampoco quería nada serio, estando él decepcionado. Constantemente me decía que yo sobreestimaba su relación, dada mi negativa a responder a sus halagos y firlteos y mi bloqueo racionalizador (no quería sentirme atraída por un tipo que era tan difícil de desvirtualizar y que ya tenía precedentes sentimentales) y me juraba que lo nuestro era tan especial que ansiaba conocerme en persona.
También eran rocambolescas sus explicaciones sobre por qué iba predando a gente por internet, como que se había quedado sin amigos por culpa de otra supuesta amiga medio novia ex socia con la que se había comprometido en un negocio que luego fracasó, o que había tenido la típica ex celópata, LO SEGUNDO MÁS FALSO: Todos los infieles tienen una ex pareja paranoide y acaparadora que está harta de sus traiciones.
A esto le añadimos sus sobreexplicadas ausencias del chateo: SI ALGUIEN TE DA MUCHOS DETALLES SOBRE UNA SITUACIÓN, ES PORQUE DICHA SITUACIÓN ES UN EMBUSTE. Que si tenía alergias, que si se estaba mudando, que si tenía problemas en el trabajo...cuando yo no necesitaba nada más que ponernos de acuerdo en horarios para coincidir, porque luego era él quien se quejaba de que lo tenía abandonado.
De repente, me vi interactuando con un tipo que A) Había salido de la
nada B) Vivía en Santo a Tomar Por Culo C) Tenía un rollo raro con
alguien D) Decía estar marginado. SOSPECHOSO.
Había llegado el momento de psicoanalizarlo y googlearlo. Fue terroríficamente fácil dar con que el muy HEZ HUMANOIDE no sólo no tenía una relación estable, sino que se estaba mudando con ELLA después de haberla hecho emigrar hasta su ciudad, y SE HABÍAN PROMETIDO.
¿Por qué un tipo a punto de casarse, y en plena mudanza con su prometida, se dedica a acechar y e intentar seducir a otras chicas emparejadas que tan sólo quieren una amistad con él? ¿Qué clase de prestidigitador disfruta engañando y cosificando así a las personas?
Lo peor de todo fue que al confrontarlo, intentó excusarse con que lo suyo conmigo había sido una tontería, un juego, y que él jamás le sería infiel a su pareja, mientras me suplicaba que me callara para no arruinar su artificial relación. En cuanto la contacté a ella, reenviándole la confesión de él, me acusó de inmadura, de psicópata y de acosadora, cuando el pueril, cobarde, embustero y cruel era él. Inconcebible
Para la posteridad quedan recuerdos como que ella me desacreditó (a pesar de que yo tenía chateos, emails y logs donde él renegaba de que ella existiera y coqueteaba conmigo) porque mi fotografía del avatar le parecía de "una persona bipolar". O que él mismo me intentara convencer de que se arrepentía y había cambiado 180º porque a su perfil de las redes sociales había subido una fotografía con ella. TAL PARA CUAL.
Me consta que los dos siguen juntos, y lo cierto es que eso nunca me importó. Pero no quise ser cómplice de sus patéticas artimañas prematrimoniales para entretenerse. En mí queda la conciencia tranquila de que no me interpuse en una relación y desenmascaré a El Psicópata.