miércoles, 27 de marzo de 2013

Nadie es perfecto


Queridos morbilectores:

Nadie es perfecto. Debería tatuármelo para recordarlo. Yo no soy perfecta, y nunca lo conseguiré, me desprendería de muchas creencias que me limitan y me sabotean al respecto. Y nunca nadie va a ser perfecto para mí, nunca va a existir la relación perfecta, ya no soy una adolescente y tengo experiencia en las relaciones como para no vivirlas de esa manera tan melodramática y existencial, en búsqueda de esa quimera que es el romanticismo y la pasión infinitos del primer amor. Sin embargo, sigo idealizando, sigo soñando, seré una infantil, una inmadura. Intento no formarme expectativas. Pero entonces me sorprenden y me las formo. Y ahí vienen la decepción, el desengaño. Siempre.

El Perfecto tenía compromisos de fin de semana, en concreto, había quedado con sus amigos el sábado, y había posibilidad de verle el domingo. Yo en mi discurso de mujer independiente y saludable, respetaba que hubiera quedado con sus amigos y que eso no implicara anular sus planes por estar conmigo, o incluírme en esos planes. Pero me hubiera gustado, porque también soy egoísta e impaciente, y quería verle, estar con él. Recordé que cuanto más perfecta es una persona, menos espacio tendrás en su vida, porque deberás competir contra todos los que quieran acapararlo. Suena tremendista, pero es así: si eres una persona fascinante y encantadora, la gente te querrá, y tú querrás poder estar con toda esa gente.

Seamos honestos, no tengo ningún miedo a que conozca a otras chicas, le gusten más que yo y pase de mí, no, lo mío es mucho peor: yo, si sé que ya hay otra, renuncio, no me interesa rivalizar, porque quiero ser única, porque en mi autoestima o en mi narcisismo, es lo que necesito y lo que creo merecer. Para mí el problema es que tenga que competir contra amigos o familiares, porque ya me he visto en esa tesitura, porque yo soy conciliadora e integradora pero ellos no tienen por qué serlo, porque ellos estaban antes que yo o estarán ahí siempre, y ahí, queridos morbilectores, sí que tengo las de perder.

En éstas empecé a desidealizarlo, casi como una autoimposición: como no podía quedar con él el sábado, tampoco quedaría con él el domingo. Quería demostrarme a mí misma que no iba a depender de él, mientras la obsesividad y la idealización disminuían. Quedamos este lunes, esta vez de día para comer, pasear, dar una vuelta, y...

...y como una metáfora barata, a plena luz vi cosas que de noche se me habían pasado desapercibidas. Me pareció más bajo, más delgado, con más arrugas de expresión, con una cicatriz en la nariz, con las manos encallecidas. Detalles que en una primera impresión no capté, en una segunda impresión resaltaban. Ya no era tan atractivo. Diréis que soy una superficial exigente, pero el problema fue precisamente ese contraste...

Lo mismo ocurrió con su personalidad. Hablamos más, me contó cosas como que se sentía avergonzado de su consumo de alcohol, lo cual, nuevamente evidencia autocrítica y madurez, pero también PUTO ALCOHÓLICO IMPRUDENTEEEEEEEEEEE. Ese sábado bebió de más, dio positivo en el control de alcoholemia, se libró de una condena penal por un soborno...ahí estaba el reverso tenebroso. Tampoco ayudó que me llevara a un restaurante que tanto me había recomendado y que fuera una puta mierda en todos los sentidos. La tarde transcurrió mejor, charlando de espiritualidad y escepticismo, literatura, cine, pero....

...pero yo empecé a no sentirme tan espontánea y desinhibida como la primera vez. Porque había cada vez más silencios. Silencios en los que él me miraba extasiado y yo me sentía violenta. No. La verdad es que ahora yo no le correspondía. Necesitaba ese cara y cruz, así como tiempo para asimilarlo, pero él, por contra, estaba cada vez más seducido y convencido. Tanto que evidenciaba inquietud, timidez...y al despedirnos, abruptamente, en medio de una boca de metro repleta de pasajeros y transeúntes, me tuvo que decir que quería besarme. No...así no. Qué anticlimático todo. No era una situación íntima y propicia, estaba la gente empujando y nosotros apartándonos, con constantes interrupciones. Se lo hice saber, insistió, lo cual me desarmó, y cedí. Como siempre. Así que fueron dos besos superficiales, rápidos, impersonales. Sólo quería irme a mi casa.

Me sentí muy mal, muy triste. En el momento me dije que no querría volver a verle, ahora con calma comprendo que no sobrellevo bien la dinámica idealización/decepción, que tengo pánico a desengañarme, que me asusta porque en su momento me hizo sufrir mucho, y ahora, a la primera señal de sombra, tan natural como la luz, yo huyo. O tal vez, como todas las veces que he huído, había una razón, porque si no surge, no debes obligarte. Entonces: ¿Es intuición o es fobia al compromiso? Mi cerebro y mi corazón, siempre en constante dilemaa. ¿Le doy una tercera oportunidad al Pseudoperfecto?

jueves, 21 de marzo de 2013

El Perfecto


Queridos morbilectores:

Hoy no hay entrada sobre El Descerebrado porque ignoró mi trolleo, y tal como supuse, el muy errático vendrá y marchará. No obstante, os traigo otra primicia.

Cuando ojeas el escaparate del Badoolaque, a veces ves gangas: Tipos que dices: "No entiendo cómo puede ser que esté aquí" Luego te dices a ti misma: "Eh, yo que soy guapa, atractiva, inteligente, divertida, sexual y nada humilde, también estoy en Badoo". Y te arriesgas.

El Perfecto lo es para mí. Al principio no lo parecía, había detalles como su postura extremista de "¡Matrimonio nunca!" o que fuera fumador ocasional que no me agradaban. Se veía muy agraciado físicamente, coincidíamos mucho en las etiquetas de intereses de la web. Y me inició conversación. Sospechosamente sólo podía quedar por las tardes a partir de las 20.00, lo cual me hacía temer que buscara un mal polvo, y sus fines de semana eran ajetreados. No me malinterpretéis, me gustan los hombres activos e inquietos: pero si no tienes tiempo para socializar en Badoo, igual eres un Ocupado que busca le elogien y matar el rato chateando. Así que lo bloqueé de guasapo, y entonces...me escribió sms y por badoo.

Quería quedar conmigo. Quería conocerme. ¿Qué me había pasado? No me apetecía contarle que estoy hasta el coño de esperpentos y estereotipos, que me sentía negativa, y nada receptiva a seguir intentando nada con él. Pero...Tuvo paciencia (que no persistencia). Y eso que no se lo puse fácil, volví a darle excusas y a desquedar en el último momento. Pero en su remanso de serenidad, seguía ahí si yo quería. Yo no me podía creer tanta generosidad: ¡algo ocultaba!

Ayer a las 20.00 estaba en una esquina próxima a mi casa, había venido en coche a tomar algo y cenar como habíamos planeado. Me aterraba subirme a su auto y que me secuestrara. Pero lo había aparcado, e incluso me avisó y se disculpó por retrasarse 10 minutos.

Su voz era aguda (me gustan las voces graves) Era de mi estatura (me gustan los hombres altos) Pero...no sé que me pasó, queridos morbilectores, que me sedujo. Y lo peor de todo, es que no debería, según mi sentido paranoide:

Lo primero es que va a terapia gestáltica de crecimiento personal. Una parte de mí puede alegrarse de que sea sincero, de que sea autocrítico, de que invierta tiempo y esfuerzo en resolver sus problemas que esté motivado a mejorar...Otra parte de mí grita TARADO TARADO TARADO. Porque en España, cuando alguien acude a un psicólogo, es porque realmente ha tocado fondo en su trastorno, o porque es uno de los hippies perroflautas comeflores piesnegros adictos a la filosofía new age y la autoayuda, potencialmente sectarios y profundamente desequilibrados. Siento sonar tan radical, pero, ejem, trabajo en el gremio, y estadísticamente, la gran mayoría de casos corresponden a uno de los dos perfiles.

Lo segundo es que sólo hablo de él (sin realmente esclarecer analíticamente nada, aunque tampoco es que yo intentara psicoanalizarle o interrogarle). Y puede parecer egocéntrico. En ningún momento me preguntó directamente salvo un par de cosas puntuales. La cuestión es que no hacía falta porque aunque yo sea más reservada y pudorosa en mi intimidad, sí me sentía muy confiada y espontánea, por primera vez en una primera cita, me desarmé de estrategias y contenciones para expresar lo que me saliera del orto. La conversación fluía, nos interrumpíamos porque conectábamos con lo que el otro acababa de decir, había mucho humor, mucha sincronía, mucha afinidad, muchho respeto, miradas cómplices....Y no queríamos que hubiera silencio, porque a mí me dio que era capaz de besarle y acostarme con él, y temí de él lo mismo. NUNCA me había ocurrido NADA así con NADIE. Lo juro.

Lo tercero es que en estos momentos de mi vida hay una persona, algo difuso, impreciso, pero seguro, confortable, una amistad que ha ido dando paso a intimidad y aprecio, concediéndonos una oportunidad sin compromisos. De hecho, esa persona me estaba esperando en mi casa. Y esa fue la razón por la que me despedí abruptamente, a pesar de que El Perfecto quería seguir la cita, y que incluso se ofreció a acompañarme a pasear a mi perra. Lo cierto es que hacía 8 años que no me sentía como con el Perfecto. Llegué a casa, soñé con él y con toda una vorgaginé de pasión y romanticismo que me ha despertado pletórica, he sufrido ansiedad al no verlo en el guasapo y que tardara en contestarme, he temido que igual me ignoraría (cuando me ha respondido y hemos estado charlando), y tengo ilusión y pánico por verlo.

¿Tengo un calentón? ¿Lo he idealizado? ¿Estoy formándome expectativas? ¿Me estoy (¡ay!) enamorando? ¿Y si yo, en mi racionalidad, en mi lógica, en mi crítica y exigencia, no quiero enamorarme? No es algo que pueda elegir o contener, deseo vivirlo, pero mi intuición me dice que me estoy equivocando. ¡Ayuda!

lunes, 18 de marzo de 2013

El Descerebrado vuelve otra vez


 ¿Recordáis cómo os dije que seguramente este engendrito regresaría?

Efectivamente, lo ha hecho. Ayer en LINE me dejó el mensaje "Ains qué mona xD" a lo que respondí: "Ojalá pudiera decir lo mismo xD" Y se hizo el silencio. Pero...

Estoy en un momento de mi vida en el que he decidido animarme a darle su merecido. Si se deja, porque tal vez la que vuelva a hartarse y tenga que denunciarle por acoso definitivamente, sea yo.

Os mantengo informados...

miércoles, 13 de marzo de 2013

Preguntas tontas, respuestas idiotas: ¿Eres celosa?

Queridos morbilectores:

Inauguro estante en este badoolaque, dedicado a esas preguntas que más allá de obtener información veraz y eficaz, denotan la subnormalidad de su interlocutor.

"¿Eres celosa?"

Todas las preguntas que impliquen una autocalificación son inútiles, primero por ser preguntas cerradas, segundo por ser preguntas peyorativas. Pero de todas, ésta es la peor por las siguientes razones:

Las personas celosas no se consideran como tal, ahí radica el quid: son posesivas, inseguras, suspicaces y paranoides porque contemplan a los demás como los culpables de su recelo. Lo mejor que podrás obtener es un "Soy celosa si me dan motivos", y una lista de justificaciones hipotéticas. Es mucho más esclarecedor preguntar por los hábitos sociales de alguien y su compromiso de exclusividad en una relación, o simplemente, lo compruebas conociendo a la persona.

Si un engendro de badoo te pregunta si eres celosa, es porque quiere constatar cuánto puede ligar con otras y cuánto puede usarte para sexo. Habitualmente la formulan personas en pareja o casadas, que quieren saber si estás dispuesta a contribuir a su infidelidad o a tontear para entretener su rutinaria vida sentimental. En el resto de los casos, son promiscuos y fóbicos al compromiso que sólo les interesa el sexo, y catalogan la convivencia o el interés en el otro como "agobio, presión" definiéndose a ellos mismos como "independientes, almas libres"

La última vez que uno me preguntó si era celosa, le respondí con una pregunta igual de imbécil: ¿Con cuántas follas a la vez? Y efectivamente cumplía el requisito de ser un tipo que después de disponer de ti te espeta lindezas tan aduladoras y generosas (nótese el sarcasmo) como "no ha estado mal" "eres maja" "me has caído bien" y cuando interpretas que no le interesas y continúas con tu vida, se deshacen en excusas del estilo "es que yo voy a mi ritmo" "es que soy reservado" "es que lo paso muy mal cuando me enamoro" bla bla bla bla bla bla porque quiere poder follarte pero dejando claro que eso eres, un coño, y no te entusiasmes.

A estos falsos que en vez de encararte si estás dispuesta a un polvo, te complican con monólogos victimistas, les dedicaré una entrada en breve. Hasta entonces, recordad que esta pregunta es un -1000000 en implicación emocional.

viernes, 8 de marzo de 2013

El Ocupado


Queridos morbilectores:

Después de hablar de esperpentos, hoy vengo a hablaros de estereotipos. En badoo es muy habitual dar con el típico y tópico hombre al que podríamos denominar El Ocupado. Suelen registrarse por aburrimiento, morbo, o sugerencia de terceros, y si cabe son peor que los tarados y engendros, porque te hacen perder el tiempo.

A mi último "ocupado" lo he calado de inmediato. Intercambias guasapo o email pero nunca están interesados en hablar. Te ilusionas pensando: alguien práctico que no se eternizará en chateos y querrá quedar, y CRASO ERROR

La alarma: Si tarda una semana de insistencia el que os conozcáis, porque trabaja mucho, o tiene una ajetreada vida social, no está interesado y no vale la pena, o bien oculta una doble vida (mucho casado calientacoños) y merece una poda de pene. De lo contrario, no haberse registrado en badoo. Huid de los de "un amigo me dijo que me apuntara". En el mejor de los casos, buscan un polvo mal echado.

La sentencia: El Ocupado sólo podía verme en horarios intempestivos y exprés entre semana, porque claro, a pesar de la crisis trabaja muchísimo, y madruga más todavía, así que si tienes media horita a las 8 de la tarde, te hacen un "hueco" para tomar algo. Hueco el que se plantearían en horadarte si les pareces follable, claro. Porque ellos, que tienen una VIDA, no van a renunciar a nada por ti. Sólo faltaría. El Ocupado tampoco podía quedar los fines de semana, fíjate qué sorpresa, y así, íbamos posponiendo, digamos, un par de días, hasta que el majadero pretende que yo deje de atender compromisos laborales o médicos por ir a verle donde él está de paso haciendo recados. Como no, toda la simpatía que derrochaba por mensaje enmudeció en escuetos "Ok, saludos de rigor, y algún comentario condescendiente y arrogante que delataba el costoso favor que me hacía atendiéndome. El viernes, no obstante, íbamos a conocernos, después de dos semanas de malabarismos absurdos. Y entonces...

La condena:
-¿A qué hora quedamos?
-Pues a las 21 horas o así, ya te digo algo
-...¿No me comentaste que tenías el viernes libre?
-Sí, pero he quedado con una amiga para comer, y ponernos al día, así que si un caso, te puedo ver luego un rato
(Bloqueado)

Nada más que añadir: Otro que se queda sin su chute de ego.

lunes, 4 de marzo de 2013

El Mierda


Queridos morbilectores:

Las desgracias nunca vienen solas, y en consecuencia, los desgraciados acuden en hordas. Días después de El Descerebrado, di con El Mierda. Lo he bautizado así porque desde el principi olió mal, y porque además, es un deshecho totalmente inútil

La alarma: Hubo muchas. La primera, que se describiera en su perfil como "psicópata". En una red social donde buscas conocer a gente nueva, y habiendo tanto tarado, las mujeres con sentido del humor muy negro podemos pensar que bromeas, pero vamos a rehuírte, estás demostrando que no quieres interesar a toda la gente posible, e incluso buscas que te eviten. Lo que sucedió es que me abrió chat, y como su nick me llamó la atención y éste sí era ingenioso a diferencia de El Descerebrado, le seguí el juego. La segunda alarma fue que en su foto de perfil, tanto en la de Badoo como en la de guasapo, llevaba gafas de sol: nuevamente, quieres ocultar, pero ¿te estás exhibiendo? Contradictorio como poco, como mucho, un trastorno de doble personalidad (que fue lo que resultó)

La sentencia: El Mierda era taxativo: Según él, no podía enamorarse, era incapaz de ser monógamo, no quería relaciones estables, se aburría de las personas y buscaba conocer gente nueva constantemente...lo que se dice un príncipe azul. Conectó conmigo porque yo soy una persona liberal, a diferencia de él: cuando eres liberal, simplemente no te niegas a nada, mientras que él creía conocerse muy bien y asumía de manera absoluta que nunca jamás cambiaría: A mí la gente así de rígida y radical me parece inmadura y estúpida. No obstante, podía servir para sexo (aunque no era nada atractivo), pero la idea de que se definiera como promiscuo y adicto al sexo me repugnaba, nuevamente por lo mismo que antes: el extremismo. Y entonces vino la doble sentencia: No sólo era vulgar o incluso feo, sino que además sexualmente era un aburrido...¡le daba asco practicar el sexo oral! Lo que me faltaba, el típico matado que va metiendo su polla donde puede y adiós. Por si fuera poco, creo que con él soporté la típica conversación de "todas las mujeres con las que me acuesto tienen orgasmos múltiples" que es LA ALARMA DEFINITIVA. Si a eso le añadimos que en pleno fin de semana no podía quedar a pesar de estar enganchado al guasapo y no dejarme ni respirar...¡HASTA NUNCA!

La condena: Le seguí el rollo bla bla bla, y sin despedirme ni nada, le bloqueé. No me apetecía darle explicaciones porque no me fiaba de él. Pero después de tenerlo bloqueado unos días, lo desbloqueé: mi intuición es impulsiva, y al transcurrir el tiempo, la cuestiono. Tal vez me había precipitado y podía servirme como commpañía para ir a tomar algo. Craso error, cree en tu intuición siempre. Le saludé y me ignoró, entonces sí me despedí y lo volví a bloquear, segura y tranquila. Y ahí vino el cachondeo. El Mierda me vino recriminando por sms y badoo que por qué le bloqueaba (cuando él mismo me ignoraba)...Y claro, me ignoraba porque, atención, JAJAJA, se había ilusionado mucho conmigo (¿pero no eras un promiscuo que jamás se enamoraría?) él era muy sensible (¿pero no eras un psicópata al que la gente sólo le interesa para sexo?) y le había decepcionado y herido mucho (pero si no me conoces, anormal, si hemos chateado dos días) que y cuando finalmente había removido cielo y tierra para quedar conmigo (y también viajó a la Luna, no te jode) yo le hubiera bloqueado sin ser sincera (cuando él era tan incoherente que era patológico). 

El golpe de gracia: Fue tan hipócrita, que pensé: Que te den por culo, te voy a pagar con la misma moneda. Así que le respondí por sms y por chat de badoo que yo le había bloqueado al ver que él me ignoraba a mí, pero que yo no le había bloqueado al principio, y que si tan poco me importara, cómo iba a estar contestándole ahora por sms y badoo. Aquello fue un mindfuck en toda regla que El Mierda no se esperaba. Que sí, que yo le había bloqueado, que él lo sabía, se empeñaba. Que lo admitiera. Que por qué le mentía. Y aquí se desbordó el retrete: El Mierda tenía no un móvil, sino ¿dos? (luego resultaría que tenía más, el tarado) y en todos  me tenía agregada en el guasapo, y empezó a enviarme capturas de pantalla según las cuales, en el móvil que yo le había bloqueado salía como no conectada, y en los que no le había bloqueado porque no tenía su número, salía conectada. El tipejo creía controlar así a todo el mundo ¡Menudo acosador paranoide y celópata manipulador! Y que por qué le mentía, y que le desbloqueara ...estaba totalmente desquiciado. Volví a hacerle un mindfuck: Me había desinstalado el guasapo (mentira), aunque seguía hablando con él por badoo y por sms. Y él: NOOOO, ME SALE EN OTRO TELÉFONO QUE ESTÁS CONECTADAAAA, NO TE LO HAS DESINSTALADO, DESBLOQUÉAME, FAAAAAAAAAAALSA, MENTIROSAAA

Infinitos sms me envió durante días hasta que se cansó, mientras yo me carcajeaba. Un desconocido normal, cuando se ve ignorado, ignora, a lo sumo, pide una explicación, y si no se le dan, sigue con su vida. Pero un engendrito que a base de embustes cree ser el amo de sus marionetas no soporta que se le engañe porque queda en evidencia. Recordad: La única manera de desenmascarar a un mentiroso es con la mentira.

El Descerebrado vuelve


Queridos morbilectores:

Sé que dejé a vuestra merced mi próximo movimiento con El Descerebrado, pero el tiempo apremiaba, entre otras cosas porque el muy subnormal empezó a telefonearme como un acosador de manual, y sólo el ignorarle ya implicaba una decisión.

Primero le pregunté por sms qué ganaba yo desbloqueándole de guasapo y leyendo sus miserias, a lo que me contestó: "Dinero". ¿Dinero? ¡Dinero era lo que estaba gastando en contestarle por sms! Tenía dos opciones, o ignorarle o responderle, y como mi respuesta sería un desahogo a la altura de su verborrea y su insistencia, lo desbloqueé del guasapo, que era lo que él quería porque fue verme conectada y empezó a contarme su vida en verso. Ahora creo que en vez de retrasado mental es un histriónico y un psicópata instrumentalista y sin sentido del pudor: Simplemente le entretendrá o le excitará que le hagan caso a costa incluso de vejarse, porque empezó a escribir toda una sarta de patetismos: que si estaba triste, que si no le gustaban las chicas con las que se acostaba, que si no mantenía sus erecciones, que si estaba calvo y gordo, que si se iba a quedar solo...¡Totalmente descontextualizado! Porque lo que yo le dije y le repetía en bucle fue:
  1. Sabes perfectamente que no voy a trabajar para ti porque te lo expliqué en su momento.
  2. Sabes perfectamente que si querías retomar el contacto conmigo, ésta ha sido la peor manera de hacerlo.
  3.  Lo que tal vez no sepas es que tu trolleo me aburre y paso de ti.
A lo que el muy infraser seguía insistiendo que por qué no le ayudaba, que me pagaría, pero que no tenía dinero, que le daba pereza ir a un profesional desconocido, y que bueno, que básicamente yo no le importaba como persona (con lo cual me hacía un favor INCALCULABLE), por lo que no había impedimentos en tener una relación profesional. También me dijo: "Eres mala" (ni insultar sabe el gilipollas) cuando vio que yo me enrocaba en mi postura. Y ahí dije BASTA. Si intentas jugar conmigo, al menos, sádico de pacotilla, sé original. Mi réplica fue:
  1. No apeles a mi empatía cuando tú mismo utilizas a las personas.
  2. No me interesan ni tu dinero ni tu persona.
  3. No puedes comprarme y no vales nada.
  4. No sirves ni como troll.
  5. Si vuelves a molestarme, te ignoraré.
  6. Si me acosas, te interpondré una denuncia.
Y ahí parece que quiso entender porque inmediatamente se disculpó con un "Perdona, sólo quería que me ayudaras, no molestarte, un beso, cuídate" y no ha vuelto a decirme nada, aunque lo más probable es que cuando vuelva a aburrirse arremeta con el mismo patrón. Tal vez si mi vida es tan miserable como la suya y no tenga nada mejor que hacer, decida quedar con él y darle plantón, aunque como nunca estaré a su nivel de patetismo, lo más probable es que lo ignore. Lo cual es una gran putada, porque lo que él pretende es precisamente eso, que sea una pared y aguante su vómito (incluso le encantaría saber que estoy escribiendo sobre él) Por esa razón mantengo la encuesta hasta que finalice, porque puede que en el futuro regrese y me anime a darle su merecido.

¿Continuará?

domingo, 3 de marzo de 2013

El Descerebrado


Cuando una mujer entra en Badoo, es tal el asedio que te saturas: Se te abren infinitos chats con "hola guapa" y todas sus variantes. Intentar entrar en los perfiles para ojear las fotos y las descripciones retrasa y entorpece tu decisión: fotos falsas o lo que es peor, totalmente anodinas, descripciones tópicas "Amigo de mis amigos, busco una chica simpática y cariñosa..." Y bla bla bla.

Así que te decantas por quien te dedique una primera frase ingeniosa, respetuosa, y que parezca personalizada. A menudo la originalidad no es sinónimo de valía, sino de tara. Pero yo prefiero arriesgarme, y mi primera apuesta fue ¿cómo bautizarlo? Puesto que su gancho conmigo fueron los zombies, y después me dijo que temía ser borderline, demostrando ser oligofrénico profundo...lo llamaremos El Descerebrado.

El Descerebrado pareció congeniar conmigo, tuvimos una rápida charla por chat y pasamos a intercambiar guasapo porque aunque esté dándole mi móvil a un completo desconocido, la interfaz de Badoo y sus carroñeros cansinos te acaban colapsando.

La alarma: Era un viernes o un sábado por la tarde, y tras intercambiar un par de frases, El Descerebrado se iba de cena. Me importa un carajo que se emborrachara hasta el coma etílico...que me escribiera de madrugada para contármelo mientras vomitaba fue el síntoma de que estaba ante un taradito, y sin embargo, lo pasé por alto, lo suficiente como para aceptar devolverle las llamadas perdidas al mediodía siguiente.

La sentencia: La conversación por teléfono fue de lo más desagradable y surrealista: quería proponerme quedar, y su plan consistía en que lo acompañara al supermercado a comprar alcohol para un botellón a su casa al que ni siquiera me invitaba. Sí, tal cual lo habéis leído. Y no, no era Mister Universo, sino un enano calvo inculto que se jactaba de tener un pene pequeño. Nadie en su sano juicio sería tan rastrero como para aceptar semejante mierda de cita...¡o tal vez él si lo fuera!. Cometió el clásico error de querer aprovecharse de mi trabajo pidiendo que le ayudara gratis, me bombardeaba a preguntas para interrumpirme cuando le respondía, pretendía imponerme sus condiciones a la hora de quedar cuando era él el único interesado llegados a este punto, e intentándolo arreglar me dijo que me había intentado manipular y que me tomaba el pelo porque le divertía...Terminé la conversación y supe que no me servía más que para una anécdota.

La condena: Después de aquello me culpó de hacerlo sentir inferior porque yo era muy inteligente ¡¿?!, y aseguraba que temía conocerme en persona porque ambos lo íbamos a pasar mal (esa autopromoción)...mientras me insistía en quedar a horas intempestivas y continuaba llamándome por teléfono, sabiendo que yo le había pedido que no lo hiciera porque no soporto hablar así. Me limité a ignorarle hasta que se calmó, y entonces fue él quien no repondió a mis mensajes de guasap, por lo que me despedí y lo bloqueé, pero...Si aquí hubiera terminado la cosa, no sería merecedor de una estantería en El Badoolaque de los engendritos.

El golpe de gracia: Hace meses que no sabía nada de él, hasta que hace una semana me escribió el siguiente mensaje "¿Cuánto cobrarías por hacerme un trabajo?" Sabía perfectamente que por ética y por preferencia personal yo me negaba rotundamente a algo así, de manera que era la más lamentable forma de intentar contactar conmigo. A no ser que en realidad lo que quisiera fuera seguir intentando divertirse a mi costa...Decidí descolcarle, y le contesté: "Entre 30 y 60 euros" Transcurrieron días hasta que me respondió...¡intentando regatearme! Era tan penoso, que le repliqué con un sarcasmo abrumador: "Como sigas regateando, te tendré que pagar yo a ti", a lo que ha continuado con "Eso sería genial" y "Desbloquéame del whatsapp, que quiero contarte unos problemas y que me ayudes"

Llegados a este punto tan absurdo, queridos lectores, he decidido que vosotros escojáis por mí, así que os propongo someterlo a votación popular. Éstas son las opciones:
  1. Le pregunto si tan poco folla que tiene que perder su tiempo así.
  2. Le ignoro.
  3. Le sigo el juego y le trolleo hasta que me ignore él.
  4. Le propongo quedar y le doy plantón.
Podéis votar en el formulario de encuesta a la derecha del blog, o dejar vuestra sugerencia en los comentarios ¡Espero vuestra participación!

¡Pasen y vean!


Decidí registrarme en Badoo porque era cómodo, fácil y gratis.
A pesar de tener un perfil estándar, por el mero hecho de ser mujer, todo tipo de gentuza me ha abordado, llegando a situaciones tan delirantes que me he dicho: O lo cuento o me muero.
En El Badoolaque leerás mis experiencias con esperpentos que ni tu febril y drogada imaginación podría concebir. Todo un escaparate de engendros expuestos para tu morbosa curiosidad, pero cuidado: Si los tocas, te los quedas, y no se admiten devoluciones.